viernes, 18 de febrero de 2011

El momento de la verdad

La he visto pasar de mujer y la amé.
La he visto pasar como un gato y la amé.
Cayó suave en forma de gota de lluvia y la amé
casi tanto o más que el día que era las ondas de un blues.
Con esfuerzo caminaba en forma de anciano y la amé,
se llevó por delante la ropa tendida y la amé también, claro que sí.
Un día era los muros del edificio y la amé.
Y cuando la luna, como hoy, es un botón la amo todavía más.
En los recuerdos la amé y en los deseos la amé,
en las costuras y en las palabras y en el olor a piedra mojada.

La amé en cada rincón de este mundo bajo mis pies.
Ahora voy a amarla desde cerca.

Y le prometo que la haré feliz.

1 comentario:

Soy ficción dijo...

Es la mejor de las promesas desde luego.