lunes, 26 de julio de 2010

A gusto de todos

Un calor propio de una novela postnuclear de ciencia ficción ha venido progresivamente reemplazando a los ecos de los tambores y cornetas, ésos que durante el resto del año ensayan, ensayan, procesionan, ensayan, ensayan, procesionan, ensayan, ensayan, procesionan sin permiso, ensayan, ensayan. Los distinguidos parroquianos de la tienda / club social parecen felices todo el año, los perros se refugian y el tiempo se abrasa sin rechistar mientras las fachadas ya de por sí desconchadas comienzan a agrietarse.

4 comentarios:

Soy ficción dijo...

Felices? Todos lo parecen desde lejos.

La ciudad desde arriba dijo...

Sí... y además, ¿quién quiere acercarse?

La ciudad desde arriba dijo...

Por cierto, gracias por subirte a esta humilde antena conmigo.

Soy ficción dijo...

Me gusta la vista :)