sábado, 24 de julio de 2010

El guardián de la nada

Los sábados también hace guardia. A las 7:30, despejado y atento en la puerta de su oficina / garaje, el hombre de mediana edad de nombre todavía desconocido respira de forma irregular, mientras juguetea con un lápiz con goma que sostiene en su mano derecha. Saluda a dos personas que pasan, una de ellas el dueño de la tienda de la esquina. El lunes, de camino al trabajo, espero desear al guardián de la nada unos merecidos buenos días.

1 comentario:

Soy ficción dijo...

Es bueno saber que los sábados también nos protegen :)